Un concurso de acreedores es un procedimiento legal al que recurre una persona física o jurídica en situación de insolvencia. Es decir, cuando no puede hacer frente a sus obligaciones financieras (como pagar deudas). El propósito principal de un concurso de acreedores es facilitar la reorganización de la deuda y proteger los intereses de los acreedores. Al tiempo, se brinda una oportunidad al deudor para reestructurar sus finanzas y evitar la liquidación total de sus activos.
El concurso de acreedores también se conoce como proceso de quiebra o proceso de insolvencia.
Se lleva a cabo mediante un proceso judicial supervisado por un juez o una autoridad competente. En él, se evalúan los activos y pasivos del deudor, se determina la viabilidad de una reestructuración de la deuda y se establece un plan de pago que pueda ser viable para todas las partes involucradas.
Dependiendo de las leyes y regulaciones del país, un concurso de acreedores puede tener distintos efectos:
- La liquidación de los activos del deudor para pagar a los acreedores
- La reorganización de la empresa de modo que pueda continuar operando mientras paga sus deudas de manera más sostenible.
Tabla de contenidos
Cuáles son las fases de un concurso de acreedores
Antes de entrar en las etapas específicas del proceso, hay una fase inicial en la que se recopila toda la documentación necesaria para comenzar el proceso de concurso de acreedores. Durante esta fase, se prepara un informe que incluye una declaración para poder presentar el concurso, detalles económicos del deudor, una lista de los acreedores y un inventario de los bienes del deudor.
Después, el proceso se divide en cuatro etapas, como establece la ley. Es importante contar con la ayuda de un abogado especializado en derecho concursal desde el principio para asegurarse de que todo se lleve a cabo correctamente durante el proceso.
Fase común
Comienza con la presentación de la solicitud ante el juzgado. Si es aceptada, se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y se da a los acreedores tiempo para reclamar sus deudas.
El juez nombra a un administrador concursal para revisar la situación financiera. Posteriormente, el administrador prepara un informe con un inventario de activos, una lista de acreedores y clasifica las deudas del deudor.
Fase del convenio
El objetivo es que el deudor y sus acreedores lleguen a un acuerdo para evitar la liquidación de los activos. Durante esta etapa, ambas partes presentan propuestas para un convenio.
Este acuerdo puede incluir reducciones en la cantidad de deuda de hasta el 50%, o extensiones en el plazo de pago de hasta 5 años. Si no se presentan propuestas dentro del plazo establecido o si estas no son aceptadas, el juez ordenará automáticamente la apertura de la fase de liquidación.
Fase de liquidación
Comienza cuando no se logra un acuerdo entre el deudor y sus acreedores en la fase anterior. También puede comenzar si el deudor, el administrador concursal o el juez determinan que la empresa no puede continuar operando.
Durante esta etapa, el administrador concursal asume el control de la empresa y elabora un plan para vender todos sus activos. El objetivo es recaudar fondos para pagar la mayor cantidad posible de deudas pendientes.
Fase de calificación
Esta fase marca el final del concurso de acreedores.
En esta etapa, el juez emite una sentencia después de revisar informes elaborados por la administración concursal y el Ministerio Fiscal. Estos informes determinan si el concurso fue fortuito o culpable.
- Un concurso culpable ocurre cuando el deudor contribuyó a su propia insolvencia o la empeoró deliberadamente, demostrando dolo o negligencia grave. En estos casos, el deudor puede enfrentar sanciones como inhabilitaciones, multas o compensaciones.
- Por otro lado, si el deudor no contribuyó a su situación de insolvencia, se considera un concurso fortuito.
Cuándo se puede solicitar el concurso de acreedores
La solicitud del concurso de acreedores debe hacerse cuando la empresa enfrenta dificultades financieras graves que la llevan a la insolvencia, es decir, cuando ya no puede cumplir regularmente con sus obligaciones de pago.
Esto va más allá de simples dificultades temporales. El objetivo es evitar la quiebra definitiva y permitir un proceso de reestructuración que satisfaga, en la medida de lo posible, las deudas pendientes con los acreedores y garantice la continuidad de la actividad laboral.
Es importante que el deudor reconozca su situación de insolvencia y busque este proceso de saneamiento en lugar de recurrir a más préstamos para pagar deudas existentes.
Cómo solicitar un concurso de acreedores
Existen dos maneras de solicitar un concurso de acreedores.
Solicitud voluntaria
Se realiza cuando la persona física, como un empresario individual o el responsable de una empresa, se dan cuenta de que enfrentan una posible quiebra o insolvencia. Tienen la obligación de presentar la solicitud del concurso en un plazo máximo de dos meses.
Si se acepta esta solicitud, se considera un concurso voluntario. Si no se realiza esta solicitud, pueden enfrentar multas o incluso cargos penales, ya que el juez podría interpretar que la quiebra fue provocada con intención.
Solicitud forzada
Se presenta cuando un acreedor o algún socio de la empresa, por lo general, insatisfecho con la gestión, solicita el concurso de acreedores.
Esta solicitud es revisada por un juez, quien determinará si la aprueba o no.
A diferencia de la solicitud voluntaria, en este caso, la iniciativa no proviene de la empresa misma, sino de una parte externa que tiene un interés en proteger sus derechos o resolver conflictos con la empresa. Esto puede ocurrir cuando los acreedores no reciben los pagos esperados o cuando los socios están en desacuerdo con las decisiones tomadas por la dirección de la empresa.
Cuándo termina un concurso de acreedores
Los concursos de acreedores llegan a su fin una vez se han vendido todos los activos del deudor y se ha pagado a los acreedores, ya sea en su totalidad o en parte. También puede finalizar por otras razones, dependiendo de la evolución del proceso y las decisiones tomadas por el juez a cargo.
Algunas de las situaciones comunes que marcan el final del concurso de acreedores:
- Acuerdo del convenio: si durante la fase de convenio se logra un acuerdo entre el deudor y sus acreedores, el cual es aprobado por el juez, el concurso puede finalizar una vez que se cumplan todas las condiciones estipuladas en el convenio.
- Liquidación de activos: si no se alcanza un acuerdo de convenio, el proceso puede pasar a liquidación de activos. Aquí, los bienes del deudor se venden para pagar las deudas. Una vez que todos los activos han sido vendidos y las deudas han sido pagadas en la medida de lo posible, el concurso llega a su fin.
- Sentencia de conclusión: en algunos casos, el juez puede dictar una sentencia de conclusión del concurso si considera que ya no hay activos disponibles para liquidar o si determina que no es posible alcanzar un acuerdo de convenio. Esta sentencia marca el final del proceso de concurso de acreedores.
Qué pasa después del concurso de acreedores
Después de un concurso de acreedores, el futuro de la empresa puede variar dependiendo de si logra un acuerdo para pagar sus deudas o no.
- Si la empresa consigue un acuerdo para pagar sus deudas, puede continuar operando normalmente una vez que el concurso haya finalizado. Esto significa que la deuda se paga, y la empresa puede seguir adelante con sus actividades económicas.
- Por otro lado, si la empresa no puede llegar a un acuerdo o el acuerdo propuesto es inviable, podría entrar en liquidación. Esto implica que la empresa se disolverá y dejará de existir legalmente como una entidad comercial. En este caso, los activos de la empresa se venden para pagar a los acreedores, y la empresa cierra definitivamente.
En qué puede beneficiar a mi empresa el concurso de acreedores
Participar en un concurso de acreedores puede ser beneficioso, a pesar de que muchas veces acabe en liquidación. Si se utiliza de manera correcta y se planifica con antelación, el concurso puede ser una herramienta útil para asegurar la continuidad de la empresa.
Pero no cabe duda de que un concurso de acreedores es una situación muy compleja que requiere una planificación cuidadosa y un asesoramiento especializado. El futuro de tu empresa depende del resultado.
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