La valoración de empresas es un término bastante usado por los empresarios. Cuando hablamos la valoración de una organización nos referimos a aquel proceso que se implementa en una empresa con el fin de conocer el valor de mercado que tiene. Además, permite instaurar el valor de todos los activos que posee la empresa.
Este análisis aporta diversas ventajas importantes a la empresa, como comprender el valor que tendrá un activo con el tiempo u optimizar el acceso a inversores. Asimismo, es interesa para poder disponer de cada detalle de los activos vitales del negocio.
Por lo general, la valoración surge en empresas de mediano desarrollo que buscan resoluciones a temas cotidianos de índole comercial y/o administrativo. Generalmente, son los inversores más antiguos de la empresa los que empiezan a definir si es necesario proceder con una valoración de la compañía.
Poder conocer el valor de tu negocio, sin duda, es imprescindible para determinadas situaciones. Para saber qué circunstancias implican que se deba realizar previamente una valoración completa de la empresa, sigue leyendo.
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Ejemplos de circunstancias en las que se puede requerir la valoración de una empresa:
A continuación, explicaremos algunos ejemplos en los que puede ser necesario realizar una valoración de empresa previamente a la acción que se quiere realizar:
- Operaciones de compra-venta: en este caso, el proceso de valoración ayuda al comprador a tener una idea del precio máximo de la propiedad a pagar, y al vendedor le aporta una estimación mínima del precio a fijar.
- Reorganizaciones entre accionistas: cuando se realiza una fusión de sociedades, la valoración tiene como función instaurar la ecuación de canje y permite formalizar estos intercambios de las acciones entre socios.
- Herencias y testamentos: aquí la valoración actúa como un indicador que ayuda a analizar si existe una relación o difiere el valor de los activos financieros con la estimación de otros bienes de la empresa.
- Procesos de arbitraje y pleitos: aplicar una buena valoración de empresa ayudará a tener una mejor posición en este tipo de proceso.
- Salidas o entradas a bolsa de socios capitalistas: la valoración tiene como finalidad obtener una estimación del coste de las acciones en el mercado y ayudar a la fijación de un precio para la incorporación de socios capitalistas.
- Planificación estratégica: la valoración de la empresa es un factor importante en la planificación estratégica. Actúa como un indicador a la hora de decidir si continuar o no con una línea de producto o modelo de negocio. Además, te demuestra los factores perjudiciales de tu empresa que están afectando a su valor y no te permiten aprovechar aún más lo que ofreces.
- Valoraciones de empresas cotizadas en bolsa: en este otro caso, la valoración ayuda a analizar la fijación del precio cotizado en bolsa y determina si se requiere la creación de carteras de inversiones. Además, también da a las empresas la posibilidad de diseñar una buena estrategia de inversión futura.
- Sistemas de remuneración basados en creación de valor: en esta situación, la valoración asiste a la empresa a la hora de determinar el rendimiento de la gestión en relación a la creación de valor. La gerencia de la empresa es la responsable que define si el rendimiento, según la valoración, es bueno o malo.
¿Cómo hacer la valoración de una empresa?
Antes de hacer una valoración de una empresa debemos tener en cuenta que es un proceso que requiere conocimientos avanzados de finanzas y contabilidad financiera. Si dispones de esos conocimientos previos, podrás comprender muy bien cómo hacer la valoración y podrás estudiar la evolución anual que han tenido las cuentas de una empresa.
En las valoraciones de empresas existen diferentes métodos con los que se puede realizar este procedimiento, empleando un seguido de técnicas que varían según hacía donde nos queramos enfocar.
No podemos irnos por un solo método debido a que ninguno goza de ser el ideal para lograr una buena valoración de un negocio. Te recomendamos que emplees varios y luego, con los resultados que se obtengan, analices el resultado final y valores la empresa.
Llevar a cabo esta valoración implica trabajar cada detalle de todo lo que rodea nuestra empresa con mucha sensatez y, sobre todo, con paciencia y dedicación práctica. Si realizas diferentes valoraciones y ganas experiencia en estos procesos, podrás superarte personalmente y, por ende, mejorar tu empresa.
Destacamos que las valoraciones se deben hacer con cierta regularidad: con el tiempo puedes obtener valoraciones con nuevos hechos y noticias relevantes que te hagan replantearte y actualizar la valoración que tienes de tu negocio.
Procedimientos para valorar tu organización
Como mencionábamos anteriormente, existen distintos métodos de valoración de empresa. Estos procedimientos se dividen según el área en la cual te enfoques, entre éstas áreas diferenciamos:
- Para valorar según el balance: aquí nos encontramos con algunos métodos de valor en libros, valor contable ajustado y valor de liquidación.
- Basados en la cuenta de pérdidas y ganancias: se destacan los métodos de beneficios netos, cálculo de múltiplos del EBITDA, múltiplos sobre ventas y el método del valor de los dividendos.
- Para valorar una empresa por opciones reales: se refiere a un cálculo que se realiza en base a un futuro posible de la empresa con la implementación de algo nuevo, determinando si su valor aumentará o disminuirá.
Un dato importante que hay que resaltar es el hecho que este método ayuda a estimar el flujo de caja libre que tendrá la empresa en el futuro. ¿Qué quiere decir esto? Pues que tendrás conocimientos del dinero disponible en el futuro para solventar deudas o para el reparto de dividendos.
- Valoración de una empresa con DFC: el método más empleado es el descuento de flujos de caja (DFC), permitiendo saber lo que generarás en un futuro tomando en cuenta la capacidad que tiene la compañía.
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