Si estás pensando en vender tu empresa o has encontrado una oferta interesante y te estás planteando comprar, es esencial hacer una valoración previa para tomar la decisión más acertada. La valoración de una empresa es un proceso complejo en el que se han de tener en cuenta muchos factores. Uno de ellos, y quizá uno de los más complicados de calcular, es el valor añadido. Ya te contamos en qué consiste y te ofrecimos unos cuantos ejemplos en un artículo pasado de nuestro blog. Pero ¿es posible calcularlo con precisión? En este artículo vamos a intentar descubrirlo.
Para ello empezaremos recordando en qué consiste el valor añadido de una empresa, también conocido como valor agregado.
Tabla de contenidos
¿Qué es el valor añadido de una empresa?
El primer factor que complica el cálculo del valor añadido de una empresa es que la expresión tiene dos definiciones posibles:
Diferencia entre el valor de los costes y los ingresos de una empresa.
Incremento del valor de un bien como consecuencia del proceso productivo o de distribución.
El primero es un valor puramente contable. El segundo es un valor que está relacionado principalmente con la percepción que tengan los consumidores sobre los productos o servicios que ofrecemos.
¿Cuál de ellos es necesario tener en cuenta si tenemos que calcular el valor de una empresa? Los dos, por supuesto, y te lo detallamos un poco más a continuación.
El valor añadido como diferencia de costes e ingresos
Quizá sea el más fácil de calcular de los dos porque, como hemos dicho, es un mero valor contable. En teoría, basta con computar la diferencia entre gastos de producción e ingresos por ventas. El resultado es el valor añadido de la empresa.
Este valor se conoce en realidad como valor añadido bruto y está directamente relacionado con el producto interior bruto (el PIB) de un país determinado. Puede confundirse fácilmente con el concepto de beneficios de una empresa, pero en realidad éstos no son más que una parte del valor añadido bruto. Éste también puede incluir conceptos como los gastos financieros, provisiones de fondo, etc.
El valor añadido como incremento del valor
Probablemente éste sea el significado más popular de la expresión valor añadido. También se conoce como valor añadido global. Cuántas veces hemos oído, a nivel coloquial, que alguien hable del valor añadido de un producto determinado o del valor añadido que ofrece un servicio concreto. La expresión ya ha trascendido el sector económico-financiero para convertirse en un dicho habitual a pie de calle.
Prácticamente cualquier bien o servicio que se ponga a la venta tiene un valor añadido. Casi podríamos decir que lo que se vende en el mercado son valores añadidos. Comprar un coche significa adquirir el valor que el fabricante le ha añadido a una serie de piezas mecánicas que, por sí solas, no nos servirían para nada. Cenar en un restaurante es, fundamentalmente, consumir el valor que el chef ha añadido a unos ingredientes. Seguramente nosotros no seríamos capaces de añadirles el mismo valor aunque podamos conseguirlos en el supermercado con facilidad.
¿Cómo mejorar el valor añadido de un producto o servicio?
Este concepto básico de valor añadido puede verse modificado por otros factores. Algunos de ellos son la consecuencia de acciones llevadas a cabo intencionadamente por la propia empresa. Otros obedecen a factores externos sobre los que la empresa puede tener poco o ningún control. Algunos de ellos pueden ser:
- El precio del bien o servicio en comparación con los precios de la competencia.
- La calidad que la empresa ofrece en sus productos o servicios, comparada con los de la competencia.
- El prestigio que el producto, el servicio o la propia empresa hayan obtenido a lo largo del tiempo.
- Períodos de garantía sobre el funcionamiento o la eventual reparación o sustitución del producto vendido.
- Promociones de productos gratuitos o muestras ofrecidas con la compra del producto o servicio principal.
- Servicios adicionales ofrecidos al obtener el servicio principal.
- Facilidades de pago.
- Comodidad y facilidad en el proceso de compra, ya sea en negocios físicos o en ecommerce.
Los ejemplos podrían ser infinitos. En todo caso, el valor añadido que un determinado producto o servicio depende de la percepción que tengan los consumidores sobre el mismo, y la capacidad de satisfacción de sus necesidades y sus deseos.
¿Es aplicable a una empresa esta noción de valor añadido?
Podría dar la impresión de que esta definición del término valor añadido sólo puede aplicarse a bienes o servicios que estén en el mercado. Pero ¿es posible aplicarlo también a las empresas en su totalidad? Sin la menor duda. Si las empresas pueden comprarse y venderse, y si existe un mercado M&A, significa que éstas son susceptibles de ser bienes de mercado.
Se considera que el valor añadido global de una empresa consiste en la diferencia que ésta aporta al mercado con respecto a sus competidoras. Un concepto muy relacionado con la identidad de marca. Qué es lo que hace que tu empresa sea especial o distinta a las demás. Qué deseos o necesidades del mercado son capaces de cubrir de manera más satisfactoria que el resto de empresas de su sector. Todos estos criterios, y otros parecidos, contribuyen al valor añadido global de una empresa.
¿Es posible calcular con precisión el valor añadido de una empresa?
Calcular el valor añadido de una empresa como diferencia de costos e ingresos (valor añadido bruto)
Probablemente sea el cálculo más fácil de los dos, aunque eso no significa que no sea complejo. No es lo mismo calcular el valor añadido de un producto determinado que el de la totalidad de una empresa, con todos los activos y pasivos que están en juego en un momento concreto.
Pero, en resumidas cuentas, es un ejercicio contable al alcance de cualquier empresa que mantenga sus registros y cuentas al día de forma correcta. Además, existen firmas especializadas, como Inverbac, que pueden ser de gran ayuda para llevar a cabo un análisis de estas características orientado específicamente a la compra o la venta de dicha empresa.
Calcular el valor añadido de una empresa desde el punto de vista de su aportación al mercado (valor añadido global)
En este sentido, el valor añadido de una empresa es muy complicado de calcular. Como hemos mencionado anteriormente, es un concepto muy ligado a la identidad de marca y está formado por una serie de intangibles:
- Físico.
- Personalidad.
- Cultura.
- Relación.
- Reflejo.
- Autoimagen.
Para valorar de manera efectiva todos estos valores suele utilizarse una técnica conocida como prisma de identidad de marca Kapferer, en la que se analizan seis aspectos o características de una marca, divididos en dos dimensiones, la externa e interna, y la relación entre ellos.
El valor añadido como factor en la compraventa de empresas
Sin duda, el cálculo del valor añadido es un elemento esencial del análisis previo a cualquier operación de compraventa de una empresa y debe llevarse a cabo con el mayor rigor posible.
De todos modos, en este artículo sólo hemos proporcionado unas pinceladas sobre ello. Tanto el cálculo del valor añadido bruto como el del valor añadido global, o imagen de marca, merecen un artículo en profundidad en nuestro blog. Os invitamos a que estéis atentos a las novedades que vayamos publicando para que no os los perdáis, así como otros temas relacionadas con el mercado M&A.